lunes, 16 de mayo de 2011

Capítulo 9


Septiembre corre a pasos gigantescos. Antes de que nadie se dé cuenta, el trabajo para clases se ha acumulado de una manera vertiginosa. Pero no es eso lo que hace que haya tanto revuelo en la sala de nuestros protagonistas.
-¡Sí! ¡Ya era hora! –grita James.
-¿Qué pasa? –pregunta Eric.
-¡Empieza la temporada de voleibol! –grita a su vez Sarah.
-Todos los años igual… -refunfuñan Lucy y Alice.
-Sois unas aburridas –Ashley les saca la lengua.
-¿Volveremos a formar equipo?- pregunta Danni.
-¡Eso no hay ni que preguntarlo! Llevamos juntos desde los 11 años y no hemos perdido ni una sola liga –se enorgullece James
-Entonces, hay que avisar al resto –dice Ashley pensativa.
-Lo haremos ahora en el desayuno… hay que empezar a entrenar en seguida –James ha sido el capitán del equipo desde el primer momento -¡Vamos, rápido!
  Las gemelas y Danni salen pitando de la sala rumbo al comedor. Más tranquilas van Lucy y Alice, hablando de los últimos cotilleos.
-Eric, espera, ¿has pensado lo que te dije? –pregunta James retorciéndose las manos.
-No sé James… ¿por qué no simplemente se lo preguntas tú? –pregunta el chico preocupado.
-Porque a mí no va a querer decírmelo… -se queja.
-Hagamos algo, intenta ser su amigo, sé tú mismo, sé simpático y si no lo consigues… te diré lo que quieras –promete.
-¿En serio? –dice emocionado -¡Gracias tío!
  La mañana pasó rapidísimo. Todos los estudiantes estaban pensando en sus propios equipos  y técnicas de voleibol. Y es que el torneo anual era un gran acontecimiento. Los ganadores de Noshville se enfrentarían a mediados de Junio (justo después de los exámenes) a los ganadores de otros colegios con igual prestigio de diferentes países. ¡Eso sí que era un torneo! Desgraciadamente para el resto del colegio, durante seis años había estado ganando el mismo equipo, y hacía tres que también ganaban en los “mundiales”.
  Ya era casi de noche cuando los jugadores llegaron a la sala.
-Uff –Ashley se tira en uno de los sofás.
-¡Ashley! –regaña Lucy -¡Estás toda sudada, no te eches ahí!
  La chica suelta un gruñido como respuesta, pero se levanta y va a ducharse, seguida de su hermana. Más tarde, las chicas se separaron para poder hablar a gusto mientras los chicos jugaban a las cartas. 
-Tengo una idea –susurra Sarah -¿Queréis asustar a James un rato?
-¡Claro! –dice su hermana entusiasmada.
-Siempre estoy dispuesta a humillar a ese grandísimo ególatra –se apunta Lucy.
-Si no hay más remedio… -contesta Alice.
-Muy bien –dice aún bajito –Vamos a hablar en un tono que parezca que no queremos que se enteren pero en el que puedan escuchar con claridad, ¿está claro? Sólo seguidme el rollo.
-Hecho –responden las tres a la vez.
-A ver Ash, no sé por qué le das tanta importancia a la virginidad –empieza mientras sus amigas abren los ojos como platos, especialmente su hermana que se pone roja –Si yo fuese tú la perdería cuanto antes.
  Los oídos de los chicos ya están puestos en la conversación.
-¿Cómo puedes decir eso, Sarah? –pregunta Ash.
-Mira, mejor hacerlo con alguien que sabe primero, así cuando encuentres a tu media naranja, no quedaras mal –razona.
-¿Estás segura?
-¡Claro! ¿A quién podrías pedírselo? –pregunta.
-¡A Danni! –exclama Alice. Al nombrado se le caen las cartas de la impresión.
-¡Qué dices! –la chica está completamente roja.
-Tiene sentido –dice Lucy –Es tu mejor amigo. ¿No fue ese el razonamiento del primer beso? ¿Aprender? Podrías pedírselo… Además él está muy experimentado en ese tema.
-¡No puedo pedírselo a él!
-Tranquila –dice Sarah –Mira, mi primera vez fue horrible.
  Esta vez, es a Eric al que se le caen las cartas. ¿Cómo que horrible?
-Sí, no sabía qué hacer y digamos la verdad, el chico no estaba para nada dotado –dice haciendo un gesto con las manos. El pobre chico casi se cae del sofá al oírlo –¡Y terminamos en seguida! Bueno terminamos… terminó mejor dicho.
  Las chicas intentan aguantar la risa. Ahora llega lo bueno.
-¿Y tú qué Lucy? ¿Nos cuentas tu primera vez? –pregunta Alice.
-No lo he hecho… -James suspira con alivio. Al menos su pelirroja está a salvo.
-Pero puedes contarnos lo que te enseñó ese italiano este verano… -dice Ashley de forma sugerente. James se cae del sofá -¡James! ¡Deja de hacer ruido! –Cuando el chico se levanta refunfuñando, la pelirroja empieza.
-Pues veréis… digamos que ahora yo sé hacer lo que hacen algunas para aprobar… y hablo de las que no tienen cerebro –ríe.
-¿Y contigo cómo se portó? –pregunta Sarah curiosa.
-Oh, fue un caballero –James aprieta fuerte los puños para no golpear la mesa –Sólo quería que yo disfrutase.
  Las cuatro vuelven a reírse.
-Lucy, ¿no has pensado en pedirle a alguien que se acueste contigo? –pregunta Ashley.
-La verdad es que si… ¿pero a quién voy a pedírselo?
-Podrías decírselo a James, seguro que está encantado –dice Alice.
-¡Sí, hombre! ¡Venga ya!
-¡Claro que sí! ¡Podría ser vuestro reto de este mes! Conseguir que James y Danni se acuesten con vosotras –exclama Sarah.
-¡Que no! –se horroriza la pelirroja.
-Ash, tú no has dicho nada –dice Alice -¿Lo estás pensando?
-No sé… Es posible –sonríe con picardía –Bueno, Danni es muy guapo y mejor con él que con otro ¿no?
-¡Se acabó! –grita James poniéndose de pie -¡Danni! ¡Si tocas a mi prima te mato! –se abalanza sobre él, apretándole el cuello. Mientras el chico se pone morado, Eric está en un rincón. Su orgullo ha sido dañado…
  Ante este panorama, las chicas rompen a reír. ¡Qué divertido es confundir a los chicos! ¡Se lo creen todo!

lunes, 9 de mayo de 2011

Capítulo 8


  Tras la hora de la comida, la biblioteca se hallaba desierta. O al menos, eso parecía. Lucy se hallaba sentada en una de las mesas del fondo. Su mesa. La que había usado durante siete años. Era la única de sus amigas que pasaba el tiempo allí. Compartía con Ashley la afición por la lectura, pero ésta prefería leer en su habitación. A Lucy le relajaba ese lugar. Allí había hecho amistad con Eric. A él también le gustaba mucho leer y estudiar en la biblioteca. Pero, en esos momentos, debería estar jugando al fútbol o algo con sus amigos. Y la chica lo prefería así. Estaba bastante concentrada.
-Lucy… -una voz detrás de ella hizo que le recorriese un escalofrío. Llevaba meses sin oírla.
-Steve, ¿qué haces aquí? – pregunta frunciendo el ceño.
-Este es un sitio público ¿no? –contesta a la defensiva. En cuanto salen las palabras de su boca, se arrepiente. Venía dispuesto a hacer las paces. Otra vez.
-Tienes razón, será mejor que vuelva a lo mío –dice de forma fría.
-No, por favor, Lucy, quiero hablar contigo… -la chica lo mira, pero no tiene intención de decir nada –Quería pedirte disculpas.
-¿Por qué piensas que las aceptaré? Ya me dejaste muy claro lo que pensabas de mí –Steve y ella habían ido al mismo colegio antes de entrar en Noshville. Siempre se habían llevado bien. Pero al entrar al internado todo cambió. Steve escogió unos amigos que no aceptaban a la gente como Lucy, gente con beca. Ellos eran todos de familias muy adineradas y básicamente su futuro estaba resulto. Siempre se habían burlado de los que no eran como ellos. Y Steve comenzó a hacerlo también. Cuando era más pequeña, Lucy comprendía que no quería quedarse sin amigos… pero hacía un par de años, algo había cambiado. Steve había cometido el error de hacer de la pelirroja el blanco de sus burlas. Eso no pudo soportarlo. Se dio cuenta de que si su amigo elegía ese camino era porque quería. Había muchos chicos/as de familias adineradas que no despreciaban a los demás como él. Desde ese día, ella se había negado a hablarle y a volver a ser su amiga.
-Te lo dije, no sé qué me pasó… La culpa fue de Andrush, Blammer y Johnson… ellos tienen la culpa de todo –dice a la defensiva.
-Ellos no fueron los que se burlaron de mí –responde escueta.
-Me provocaron –le recuerda.
-Y yo te defendí… me puse en contra de mis propios compañeros por ti…
-Ellos son insoportables, siempre se están burlando de mí, haciendo bromas y no se toman nada en serio… ¿y qué pasa con Andrush? Creía que lo odiabas –la mira con el ceño fruncido.
-¿Qué pasa con él?
-Desde que llegamos, pasáis mucho tiempo juntos –dice enfadándose.
-Llevamos aquí dos días –le recuerda.
-Y aún no le has gritado delante de todo el mundo, como sería lo habitual… ¿No será que te gusta?
-Me importa un pimiento todo lo que me estás diciendo y si me gusta o no, ya no es asunto tuyo –se gira dándole la espalda –Si no te importa, estaba haciendo cosas.
-¡No puede ser! ¡Has caído! ¡Te va a usar como usa a todas las chicas del colegio! ¡Eres una estúpida! –grita fuera de sí.
-A ti eso no te importa –susurra la chica con furia.
-¿Algún problema Lucy? –Eric y James acababan de entrar a la biblioteca cuando han visto a Steven con la chica.
-Nada, Eric –responde seca.
  Los dos chicos miran al otro con cara de malas pulgas.
-¿A qué esperas para irte Parker? – pregunta James.
-Tú no tienes derechos sobre mí Andrush –responde el otro de igual forma.
  James y Steven siempre se han llevado mal. Desde que se vieron en el autobús por primera vez. Es una antipatía mutua. Por supuesto, James siempre le tuvo muchos celos porque él podía estar bien con Lucy y la chica nunca le había dado esa oportunidad a él. Con Danni y Eric también se llevaba mal, pero no tanto como con el otro chico.
-Basta los dos –exclama la pelirroja harta –Steven vete, no tengo nada que hablar contigo.
-¿Ahora lo defiendes? –pregunta sorprendido.
-Te ha dicho que te vayas –dice James con furia.
  Steven mira por última vez a la chica y se marcha furioso. Los otros dos se dejan caer en las sillas, a su lado.
-¿Estás bien? –pregunta Eric preocupado.
-Sí, no te preocupes –sonríe -¿Qué haces aquí Andrush? Creía que no sabías que la biblioteca existía.
-¿Te fijas en lo que hago Adams? Eso es que me quieres –responde feliz. La chica rueda los ojos en señal de exasperación –Ya que te interesa tanto, sólo estoy aquí porque quería hablar contigo.
-¿Sobre qué? –Eric se levanta a buscar un libro, dejando intimidad a su amigo.
-De nuestros sentimientos –responde sonriente.
-¿Sentimientos? ¿Qué sentimientos?
-De lo que sentimos el uno por el otro pelirroja de mis sueños –responde.
-¿Sentimos? A ver Andrush… tú y yo no sentimos nada ¿de acuerdo? Es más, me caes mal, muy mal, creo que te lo he dejado claro todos estos años…
-No digas eso que me partes el alma –declara de forma teatral.
-¿Lo ves? No puedes tomarte nada en serio –dice enfadada.
-Claro que puedo. Sal conmigo –dice muy serio.
-¿Qué? –la chica se desespera. ¿Acaso no la escucha cuando habla?
-Que salgas conmigo –repite.
-Vamos a ver… pon las cartas sobre la mesa. Yo no te gusto, sólo quieres que me líe contigo para que todos sepan que por fin he caído. Quieres que sepan que eres el mejor en cuestión de tías, que no se te resiste ninguna, ¿no es cierto?
-No, me gustas.
-¡No te gusto! –grita exasperada.
-¡Claro que sí! –exclama indignado –Me gustas mucho.
-Mira, estoy harta ¿entiendes? ¡Harta! Yo no te gusto, sólo te interesas por mí porque no quiero salir contigo y escúchame bien, ¡nunca saldré contigo! ¡Antes prefiero salir con un caracol! –recoge sus cosas a toda prisa y se marcha.
-Te dije que tenías que ser tú mismo –dice Eric desde detrás.
-Es que cuando estoy con ella no me sale –responde con tristeza.
-Tienes que intentarlo… Si de verdad quieres a esa chica, tendrás que currártelo –le palmea la espalda.
-Sí… -dice cabizbajo- ¡Un momento! Tú eres su mejor amigo ¿verdad?
-Oh, no, ¿qué estás pensando? –pregunta con miedo.
-Tú podrías hablarle bien de mí y decir que soy genial, encantador, inteligente, valiente, leal…
-¿Y que parezca que me gustas? –pregunta de forma irónica.
-Muy gracioso –responde- Además podrías decirme cosas sobre ella.
-¡Ah, no! Eso sí que no, lo que ella me cuenta no puedo decírtelo, eso sería traición –recoge sus cosas.
  Ambos salen de la biblioteca. Eric primero mientras su amigo le sigue intentando que le diga algo sobre su futura chica.

jueves, 5 de mayo de 2011

Capítulo 7


-¿Habéis visto cómo ha tratado Drake a los chicos? –pregunta Ashley.
-Se ha pasado un poco… de todas formas no estaba diciendo nada demasiado importante –responde Lucy.
  Alice está muy callada desde la noche anterior. El que Drake la haya visto besándose con otro chico le ha afectado mucho. Y la verdad, no sabe por qué. Al fin y al cabo, no tenían ningún tipo de relación cuando él se fue.
-¿Alice? ¿Vuelves a la tierra? –Sarah la saca de sus pensamientos agitando una mano frente a sus ojos.
-Perdonad, estaba despistada… ¿Qué decíais? –pregunta.
-Que es la hora de comer –dice Ashley con sonrisa glotona.
-Siempre pensando en comer –Lucy rueda los ojos.
-Hola preciosa –James sale de detrás de las chicas con un salto.
-¡James! –las chicas pegan un bote del susto.
-No te alteres pelirroja mía, sólo quería saber si querrías hacerme el honor de salir conmigo –dice cogiéndole una mano a modo de caballero.
-Por última vez… ¡No! –grita alterada.
-¿Por qué no? Soy lo mejor que podrás encontrar en este castillo –Eric y Danni detrás de él, fingen una tos –No les hagas caso, tú sabes que tu corazón me pertenece.
-Te lo regalaré con un moño si me dejas en paz –dice intentado soltar su mano.
-¡Lo sabía! ¡Eso es que me quieres! –salta el chico.
-¡Eres un maldito egocéntrico insoportable! ¡Antes saldría con un pez! ¡No te soporto! ¡Déjame en paz! –y soltando su mano de un tirón, se va.
-Pero… ¿por qué es así conmigo? –pregunta el chico consternado.
-Quizá porque llevas haciendo que quede en ridículo desde hace unos años ¿no crees? –pregunta Eric.
-¿Y tú qué sabes?
-Es mi mejor amiga ¿recuerdas? –levanta las cejas –Si me disculpáis… iré a ver cómo está.
-Capullo con suerte –se queja James con amargura.
-No es suerte… simplemente sabe cómo tratar a una chica –dice Ashley.
-Nosotros sabemos tratar a las chicas –dicen los dos chicos a la vez.
-Sabéis liaros con ellas, que es distinto –responde Sarah.
-Si quieres que Lucy te vea como algo más que un pesado… deberías cambiar ciertos… comportamientos –aconseja Alice.
-¿Cambiar? ¿Y por qué iba a hacerlo? –pregunta desconcertado –Las chicas me quieren así.
-Bueno, ya sabes que Lucy no es como las demás…
-Y si es cierto que te has enamorado de ella…
-Tienes que cambiar –terminan las tres.
-¿Estáis locas? –pregunta Danni –Di que no tío, si puedes tener a cincuenta tías, ¿por qué te vas a conformar con una?
-Quizá porque está enamorado de ella, no puede dejar de pensar en ella, suspira, sueña, come y respira por ella… ¿te suena? –dice Ashley con rencor.
-Para nada –sonríe.
-Eres incorregible –lanza una mirada de odio y se va a buscar a su amiga.
-¿Qué he hecho ahora? ¿Tú lo sabes? –mira a su amigo que está concentrado pensando en lo que le han dicho. ¿Será que se ha enamorado? Va detrás de la chica desde… bueno desde que estaba en tercero. Al principio sólo quería salir con ella como hizo con las demás pero… con el paso del tiempo le encantaba hacerla enfadar y que le gritase. Era la única forma de conseguir que le hablase. Le empezó a gustar porque se hacía la difícil… Muy difícil… ¿Era posible que esa obsesión por conseguirla se haya convertido en… amor?
-Que no te laven el cerebro colega, no saben lo que dicen –le asegura el rubio.
-¿Y si no? ¿Crees que es posible que me haya enamorado de ella? –pregunta.
-Este verano no lo parecía –contesta recordando todas las tías con las que han estado.
-Ya bueno, pero también le mandé varios e-mails, mensajes, intenté que me hablase por Messenger, tuenti…
-¿Y no te ha contestado? –pregunta extrañado.
-Sólo para decirme que la dejase en paz –se encoge de hombros.
-Hay una forma muy sencilla para saber qué sientes por Lucy –dice Alice- ¿Piensas en ella cuando te levantas?
-Sí –dice tras pensar un poco.
-¿En las comidas?
-Sí…
-¿En clases?
-Sí, pero es que la tengo delante –dice intentando justificarse.
-Está unos cuantos asientos más alejada de ti, no ha estado delante nunca –responde Alice.
-Pero su pelo llama mucho la atención –vuelve a intentarlo.
-Sigamos –lo ignora -¿Cuándo te vas a dormir?
-Sí.
-¿Piensas formas de conseguir que salga contigo?
-Sí.
-¿Sientes una urgente necesidad de que ella te vea, te dirija la palabra y sepas dónde estás?
-Sí.
-¿Has dejado de comer alguna vez por ella?
-Sí.
-Y por último y más importante… ¿Qué me dices si te digo que a Lucy le ha pedido salir Martin Fletcher?
-¡¿Fletcher?! ¿¡Pero qué se ha creído ese?! ¿¡Acaso no sabe que la pelirroja es mía?! ¡Danni hay que ir a buscarlo! ¡Demostrémosle quién manda en este castillo! –grita fuera de sí.
-Genial James, estás celoso… y teniendo en cuenta las respuestas que has dado, creo que hasta tú te darás cuenta que estás enamorado de Lucy –dice Alice.
-Eso es estupendo…- se sienta en el suelo –Pudiendo conseguir a la chica que quiera… y me vengo a enamorar de la que no me va a hacer caso en la vida…
-No te desanimes hombre –Sarah se arrodilla a su lado –Si te comportas tal y como eres delante de ella, seguro que sale contigo.
-Pero si eso ya lo hago…
-No, no, delante de ella eres un cretino… tiene que conocer al verdadero James… al que conocen tus amigos, al que conocemos Ashley y yo –le sugiere.
-Eso es lo que dicen todas James, que quieren conocernos –dice Danni –Pero no es cierto, todas prefieren que les mientan…
-Yo no quiero que me mientan –dice Alice confundida.
-Piensa en el tío de tus sueños –dice- Imagina que te pide salir… pero luego no es como a ti te gustaría que fuese… con lo cual pierde todo su encanto y tú acabarías aborreciéndolo… sin embargo si se comporta tal y como tú esperas que lo haga todo saldrá bien –finaliza sonriente.
-Eso no es así para nada –replica Sarah.
  De repente, James se levanta.
-¡No importa! –exclama- ¡Conseguiré que Lucy Adams salga conmigo! Esa chica será mía –y con estas últimas palabras sale en busca de su pelirroja.